¿La música alivia el dolor?



La distracción alivia el dolor, según se desprende de un nuevo estudio publicado en la revista The Journal of Pain. Sus autores, de la Universidad de Utah (EE UU), han demostrado que la música consigue alejar el foco cognitivo del estímulo doloroso, Trabajando con 143 sujetos, les pidieron que escucharan música, identificaran ciertos tonos, siguieran las melodías…


Simultáneamente les daban shocks con electrodos en la punta de los dedos. La investigación reveló que la activación central a partir del estímulo doloroso disminuía cuantas más tareas relacionadas con la música se les pedía hacer. Por lo tanto, la música aportó un entretenimiento intelectual y emocional que consiguió reducir la sensibilidad del dolor. El método es especialmente eficaz en personas ansiosas, afirman los investigadores.

Las redes sociales son más adictivas que el alcohol y el tabaco

Así despidieron los famosos a Steve Jobs en Twitter



Gracias a las nuevas tecnologías, hoy en día es posible estar conectado a todas horas y consultar el correo electrónico o las redes sociales en cualquier momento. Esto hace que muchas personas sean incapaces de resistirse a la tentación de entrar en su perfil de Facebook o consultar su cuenta de Twitter a cada instante. Un estudio que será publicado en la revista Psychological Science afirma que las redes sociales provocan más adicción que el alcohol y el tabaco.




Los investigadores, de la Booth School of Business (Universidad de Chicago) realizaron una encuesta más de 200 personas entre 18 y 85 años con el fin de conocer cuales son las tentaciones diarias más comunes y aquellas a las que es más difícil resistirse. Aunque los resultados mostraron que los anhelos más frecuentes tienen que ver con dormir y el sexo, las personas ceden más fácilmente a la tentación de consultar las redes sociales, ya que este es un deseo más fácil de satisfacer. Por el contrario, es más fácil resistirse a fumar un cigarrillo o tomar una copa, factores que habitualmente son causa de adicción. Mientras que el alcohol, el café o el tabaco son acciones que tienen un coste económico y sanitario, el acceso a las redes se percibe como una acción en la que "cuesta poco" participar, según explican los investigadores. Por esta razón es, precisamente, mucho más difícil resistirse a la tentación de usarlas.