Toma nota de las enfermedades de las que te puede salvar una actitud positiva.
No todas las enfermedades parecen estar influidas de igual modo por nuestro talante. Sin embargo, en algunos casos la evidencia médica apunta a una relación más marcada entre pensamiento y salud. Estos son algunos de los casos, por lo que si nos afectan, puede ser importante recurrir a tratamientos que no consideren sólo la parte física del diagnóstico:
Problemas digestivos
La Universidad de Yale (EE.UU.) determinó en un estudio que la incidencia de la colitis ulcerosa y las crisis provocadas por la enfermedad de Crohn era más alta en pacientes con problemas emocionales.
Acné y psoriasis
Las enfermedades de la piel suelen tener un componente autoinmune, que se exacerba con el estrés. Un estudio de 1974 determinaba ya que la incidencia de la psoriasis podía deberse, al menos en un tercio de los casos, a factores directamente relacionados con las preocupaciones emocionales.
Corazón
Estudios de la Universidad de Loma Linda, en California (EE.UU.) señalaron que la risa provoca una disminución en los niveles del colesterol malo, el cortisol y la epinefrina, sustancias todas ellas nocivas para el corazón, mientras aumenta el colesterol bueno, aquel que lo mantiene en forma.
Fibromialgia, migrañas, asma
Al igual que ocurre con las enfermedades de la piel, estos problemas tienen un fuerte componente relacional. En algunos casos, como el de los dolores de cabeza, puede que ni siquiera estemos hablando de cuestiones hormonales o del sistema nervioso, sino incluso del sistema mecánico. Una actitud disfuncional puede traducirse en una postura incorrecta que origine problemas mecánicos (cefaleas tensionales). Con asma, se ha comprobado que, como procedimiento de urgencia, es sumamente efectivo el control de la respiración y el empleo de técnicas de relajación.
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