Una nueva investigación sugiere que el bigote facial móvil de los roedores y otros animales fue un hito importante en la evolución de los mamíferos con respecto a los reptiles.
Empleando grabaciones de vídeo digital de alta velocidad y seguimiento automático, Tony Prescott y sus colegas de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) han arrojado luz sobre cómo los movimientos de los bigotes de los ratones y las ratas hacia atrás y hacia adelante, a gran velocidad y de distintas maneras, les permiten percibir activamente el medio que les rodea, determinando la posición, la forma y la textura de los objetos. De esta forma han comprobado que, cuando se desplazan en línea recta, los roedores mueven los bigotes hacia atrás y hacia adelante en la misma proporción. Sin embargo, al girar cambian el movimiento de los bigotes en la dirección del giro. Y cuando los bigotes de un lado entran en contacto con un objeto, los del lado opuesto hacen un barrido para recabar más información.
En sus últimas indagaciones, el equipo ha demostrado también que este comportamiento se observa en un pequeño marsupial de América del Sur, la zarigüeya gris de cola corta. Este animal guarda muchas similitudes con un mamífero extinguido que vivió hace más de 125 millones de años, es decir, casi al mismo tiempo que las líneas evolutivas que llevaron a los roedores y los marsupiales modernos a separarse.
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