Susana toma el tren rumbo a su empresa, donde lleva trabajando tres meses como subdirectora de una compañía de asesoría. Siempre llega a primera hora. Pero al pasar su tarjeta de acceso, la puerta sigue cerrada; algo raro ocurre. Llama al vigilante, que trata de desbloquearla con la suya, sin éxito. Afortunadamente, hay cerradura y abren con la llave. En su despacho, Susana enciende el ordenador y la pantalla solo deja cuatro espacios para introducir una contraseña numérica que nunca ha tecleado. Cuando recurre a su móvil para llamar a los informáticos, el teléfono se apaga. Nuestra protagonista estaba segura de que tenía batería de sobra. Busca el cargador y lo enchufa a la corriente: el aparato cobra vida como recién salido de fábrica, listo para configurarse. Extrañada, saca su ordenador portátil, donde guarda una copia de seguridad de los datos almacenados en su smartphone. Pero el laptop se apaga y le pide también que introduzca una clave.
En ese momento, suena el teléfono del despacho: su marido está alarmado, después de intentar infructuosamente extraer dinero del cajero automático. El banco acaba de llamarle: no tienen efectivo en la cuenta diaria por culpa de una serie de gastos altísimos efectuados el fin de semana. Susana revuelve en su bolso. Todos los documentos están en orden, no le falta ninguna tarjeta de crédito. Siempre había sido muy cuidadosa con las contraseñas y, desde luego, nunca se le ocurriría proporcionar sus datos a correos electrónicos de origen extraño, que arrojaba rutinariamente a la papelera.
¿Qué hacer entonces? La mejor arma para sumergirse en esta mar de prodigios y posibilidades criminales es, aparte del bañador y un salvavidas, el sentido común. No hay que dejarlo en la playa. Lic.Hernández cree que la educación ciudadana –en la que está comprometido el INCIBE– es la mejor arma. “En un mismo día del año pasado recibimos 1.200 notificaciones de ciudadanos víctimas de estafas”, afirma este experto. Y aunque parezca un obviedad, no está de más recordar su consejo: no compartas fotos o datos con desconocidos.
Fuente: muyinteresante.com
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