Proponemos las soluciones a algunos de los problemas más comunes. Comenzamos.
1. Pasas hambre con tu dieta
“Si quiero perder peso debo pasar hambre”. Éste es una idea muy común y uno de los mayores errores de las dietas. Si pasas hambre, te será más difícil escoger correctamente lo que tienes que comer y acabarás picoteando cualquier cosa.
Solución: Reducir las calorías no significa que cuanto menos, mejor. Tienes que tener en cuenta tu peso y altura y, por supuesto, el deporte que practicas.
2. Todo el día comiendo pollo a la plancha y verdura hervida
Una día así es aceptable pero si tienes previsto que tu dieta dure más de una semana, la comida termina por convertirse en una tortura y te pasarás todo el día relamiéndose por todas esas cosas deliciosas que no te puedes comer. ¡Difícil no saltarte la dieta en semejante situación!
Solución: Hay miles de platos saludables que son deliciosos y fáciles. Sólo hay que buscar recetas nuevas y darle una vuelta a tu dieta para que tu plato te parezca atractivo. Disfrutar comiendo es básico para mantener la dieta.
3. Tu nevera y tu despensa te lo ponen difícil
Abres el refrigerador y ves esos pasteles, ese queso curado, ese chocolate. ¡O peor! Llegas de trabajar destrozado, abres tu nevera y lo único que suenan son los grillos; no tienes nada para comer, aparte de esa pizza pre cocinada.
Solución: Saca de casa todo lo que no forme parte de tu dieta. No metas al enemigo en casa. Y, por supuesto, organízate un día a la semana para ir a comprar y llenar tu despensa de frutas, verduras y comida adecuada. ¡La dieta empieza en la nevera!
¿Sabías que?…
cuando duermes poco el cuerpo hace disminuir la cantidad de leptina, hormona que nos da saciedad, y aumenta la grelina, la encargada de hacer subir tu apetito? Eso hará que acabes comiendo más, así que no descuides tu descanso.
Fuente: Menshealth
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