El mayor estudio hasta la fecha para comparar los efectos de las dietas proteicas de diferentes procedencias y encontraron que las basadas en fuentes animales, principalmente embutidos y carne roja, se asociaban a una tasa más alta de mortalidad, mientras que las más saludables incluían proteínas vegetales, como legumbres y frutos secos. Los resultados se publican en la revista JAMA Internal Medicine.
Según Mingyang Song, gastroenterologo y uno de los autores de la investigación, esta muestra la importancia de las fuentes de proteínas en las dietas a largo plazo: "mientras que otros estudios se centraban en la cantidad de la ingesta proteica, que por supuesto es importante, nosotros pensamos que la procedencia de esas proteínas es igualmente fundamental. Incluso creemos que a largo plazo influye más la calidad de las proteínas que la cantidad".
En ese periodo de tiempo se registraron más de 36.000 muertes por enfermedades cardiovasculares, unas 13.000 por cáncer y 14.000 por otras causas. Después de descartar los riesgos por estilos de vida poco saludables fumar, beber alcohol, obesidad, sedentarismo, los investigadores comprobaron que una ingesta elevada de porteínas animales carne, emutidos, huevos y lácteos– se correspondía con un mayor porcentaje de fallecimientos, mientras que el consumo de proteínas vegetales pan, cereales, pasta, legumbres, nueces... se asociaba a una tasa de mortalidad más baja.
Según la investigación, un aumento del 10% en la ingesta de proteínas animales aumenta un 8% el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y un 2% por otras causas. Por el contrario, aumentar un 3% el consumo de proteínas vegetales disminuye un 12% las posibilidades de morir por un problema cardiovascular.
Fuente: Revista JAMA Internal Medicine.
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